lunes, 16 de marzo de 2015

EL CENTENARIO RELOJ DEL AYUNTAMIENTO DE LIBRILLA

El "Hágase la luz" debería acomodarse actualmente a la esfera del reloj que como un permanente vigía otea la población desde la altura de la torre pueblerina que corona el Ayuntamiento de Librilla. Porque hace varias decadas que los municipios solo pueden ver la hora de momento, siempre que su deseo tenga lugar a la luz del dia. Y esto no debe ser desde los tiempos de Lebón y compañía. El reloj de la villa es bicentenario con creces, porque fue adquirido de segunda mano en Orán allá por el año 1770. Era un reloj que habia estado colocado en una torre árabe de la que se apeó para, cambiando de ambiente, dejar a la "morisma" y server a la "cristiandad".Lo trajeron a Librilla por encargo de doña Luisa Max Picó, casada con don Antonio Porras Montalbán y se colocó sobre un arco árabe que habia junto al Ayuntamiento y luego se puso, al estar la primitiva instalación semiderruida, en una nueva edificación alzada en tiempos de la República. El reloj sirvió en tiempos de su adquisión no solo para marcar la hora sino para indicar a los regantes el momento preciso para poder efectuar el debido aprovechamiento del agua para el riego, pues fue precisamente un Heredamiento de aguas local el que gestino la adquisición a través de la señora mencionada, razón por la cual y en la construcción que servió para su asentamiento, es decir,el ayuntamiento anterior, sobre su parte más alta se hicieron dos arcos y por encima de los mismos se hallaba ubicado dicho reloj, con una alegoria del regador: un chuzo, un legón y un farol. En la actualidad el reloj "funciona como un reloj", porque se cuida de su marcha don Blas Espada López, funcionario municipal el cual percibe por realizar esta faena cincuenta pesetas al mes, teniendo que subier a la torre cada dia y girar el manubrio que permite la continuidad de la faena a este cronos casi de época antediluviana, el cual marca las horas y los cuartos mediante el aditamento necesario de tres cuerdas con plomo en sus extremos, una de las cuales hace marchar el reloj, otra marca los cuartos y la tercera las horas. Muy viejo es el reloj de la torre de Librilla, pero cuidada su maquinaria con mimo se le está sacando un gran partido; solo falta ese "Hágase la luz" para que su servicio permanente sirva permanentemente para que todos vean la hora, "Luz, más luz" que dijo el famoso. Mateo García periodista, escritor y cronista oficial de Totana.