lunes, 27 de marzo de 2017

TESTIMONIOS ORALES DE LOS ECOS HISTÓRICOS DE LA BANDA DE MÚSICA DE LA FAMILIA ESPADA. (Antonio Romero el Marcelo).



Recuerdo en los años 1947-48 en el  teatro (el cine del tío chico) donde estaba la escuela de música, el maestro Baltasar Espada nos daba clases de solfeo a los niños que queríamos iniciarnos en la música, Paco (Pedreño), Paco (el chulo), Antonio Franco, Pepe (el calabazo), y yo entre otros varios.
Entonces había una gran banda de música, y nosotros éramos la nueva generación que fue sustituyéndolos.
La banda de Librilla hacia los festejos en muchos pueblos de la región por su gran calidad musical, era importante y conocida. Las fiestas de Sangonera la Verde, de Fuente Librilla, Barqueros, El Berro, Los toros de Lorca y otras que ya ni me acuerdo.
Una anécdota del maestro Baltasar Espada que mi padre Antonio el Marcelo me conto en varias ocasiones;  fue que en una ocasión vino el maestro Serrano a estrenar en el Romea de Murcia, una zarzuela, el maestro Espada era el trompa principal de la compañía del Romea, llegó con antelación y se puso a ver la partitura, cuando le dio un repaso se salió a las tabernas que había enfrente del Romea, esperando a que llegaran el resto de compañeros. Cuando llegó el maestro Serrano comenzaron el ensayo, pero el maestro Baltasar (el trompa de la orquesta) no estaba, y  pregunto por él. Estando ensayando llego el maestro Espada, el maestro Serrano le dijo molesto que habían comenzado el ensayo y él no estaba, y él le dijo que ya lo había ensayado, el maestro Serrano se quedó un poco extrañado, y comenzaron de nuevo el ensayo, cuando llego el momento del solo del trompa todos se sorprendieron y el maestro Serrano le dijo al maestro Espada puede irse usted cuando quiera, sabe usted más música que todos los que estamos aquí.
El maestro Espada tocaba todos los instrumentos de la banda siendo su especialidad la Trompa, el cual fue considerado el mejor trompa de España de la época.
Al tiempo, cuando el maestro Espada enfermo, se quedó al frente de la banda su hijo Blas Espada. Entre el Chato y el Feo formaron otra banda de jóvenes, Justo Meroño, José el zapatero, Juan (el de la Concha), los hermanos Lara, José (el pinche), José el Hipólito, Juan Mejías etc.
En el año 1967, José me llamo para volver a formar la banda de música que tras la muerte del maestro Espada se había ido disolviendo poco a poco.
Busque a unos cuantos de los últimos formados, y otros entraron nuevos que se fueron formando. Así volvió a formarse la banda de música de Librilla.
Félix San Mateo tomo la dirección de la banda entre las décadas de los ochenta y noventa. Vinieron  dos maestros a formar a los jóvenes.
Hoy en día queda un resquicio de lo que fue la banda de música de Librilla, en ellos aún se ve la pasión de la música en este pueblo.
            Siguiendo el artículo realizado por el maestro de música librillano Félix San Mateo, en los años 80 dando testimonio de la gran importancia de la dinastía de la familia Espada como una institución de la música en la Región de Murcia. Haciendo un poco de historia tendremos que remontarnos a principios de este siglo para llegar a las fechas en que, por obra de D. Vicente Espada fuese fundada la Banda Municipal de Música de Librilla. Desde entonces, y como resulta fácil imaginar, muchos y de muy diversos índole han sido los avatares acontecidos y sufridos por esta agrupación. Fue su época de mayor esplendor y brillantez artística en las dos décadas anteriores y posteriores a nuestra guerra civil, cuando por aquel entonces ya era dirigida por la gran batuta del insigne músico Baltasar Espada Cánovas, hijo del mencionado con anterioridad maestro fundador y con el cual llegó a conseguir el preciado galardón de banda laureada.

            Según nos cuentan los que vivieron por aquella época, parece ser que el poder pertenecer como componente a la banda de Música era signo que gozaba de gran interés y aliciente popular, pues aparte que existía una gran afición por la música, influía también en que esta era la única y mayor distracción, supuesto que en aquellas fechas se carecía de cualquier otro medio de expansión, por lo que este también fue un motivo importante para que un noventa por ciento de la población masculina intentase, con más o menor éxito, aprender, el solfeo de rigor y después la ejecución de algún instrumento musical, alcanzando de esta manera la Banda de Música las más altas cotas de su historia. Pero, como es natural, y supuesto que todo en la vida necesita ser renovado, tuvo que hacerse caro de las riendas musicales de la banda por enfermedad del inolvidable maestro Espada su hijo Blas Espada López, llegando la agrupación, por causas ajenas a la voluntad de sus componentes y por ciertos problemas con algunos entes oficiales del pueblo, a su total desaparición en los primeros años de la década de los sesenta, por lo que en un período no inferior a los doce años todas las músicas que para las fiestas de San Bartolomé se contrataban tenían que venir desde fuera de nuestros lares.