sábado, 31 de agosto de 2013

LAS TRADICIONALES PITANZAS DE LIBRILLA

LAS TRADICIONALES PITANZAS DE LIBRILLA

El día 22 de Agosto el pueblo de Librilla (Murcia), al alba se levanta con un gran repique de campanas y disparos de cohetes, es el día de las pitanzas, el evento más importante que se realizan en las fiestas patronales en honor a San Bartolomé. Su origen es incierto la tradición oral del pueblo lo sitúa en los años del medievo ante una escasez de alimentos por malas cosechas, la autoridades abren el posito y realizan unos panes que se repartirán a los mas necesitados desde el balcón del ayuntamiento. La documentación existente lo sitúa a partir de mediados del siglo XIX con diversos artículos de prensa sobre las fiestas de Librilla destacando el acto tradicional de las pitanzas.
Desde la plaza del ayuntamiento mozos y mozas del pueblo, conjuntamente con las reinas de las fiestas y autoridades locales, al son de la charanga recorren todas las casas de la villa recogiendo la ofrenda de harina que las familias donan desinteresadamente para la realización de las pitanzas, panecillos redondos con una cruz en la parte superior de aproximadamente 100 gramos. Hasta el mediodía el bullicio por las calles de la localidad es inmenso, parece que el pueblo tiene otro ritmo de vida, la gente sale a las calles con gran entusiasmo y alegría. Por la tarde en todo el pueblo se puede percibir el olor a pan recién horneado, debido a que todas las panaderías se encuentran realizando este típico panecillo. Entorno a las 20 horas todos los panaderos del pueblo, llevan al ayuntamiento las pitanzas realizadas, una vez allí son bendecidas por el párroco de la localidad. Destaca la forma redonda de las pitanzas con una marca de una cruz en la parte superior, al estar bendecidas dice la tradición que en la casa donde se guarde una pitanza todo el año no faltará alimento.
A las 20:30 el repique de campanas marca el llamamiento para la misa en honor a San Bartolomé, el pueblo es un continuo bullicio por todas las calles del pueblo, poco a poco la gente va llegando a la plaza del ayuntamiento, el sonido que se aprecia al llegar es como el zumbido de una colmena, la plaza es un inmenso arco iris de las diversas indumentarias de las peñas festeras de la localidad.
Al finalizar la misa, el santo es trasladado a la parroquia por las calles aledañas a la iglesia y el ayuntamiento, el fervor por el paso del santo por la plaza es inmenso, gran cantidad de vítores a su figura, a su recogida las autoridades se dirigen al ayuntamiento.
Sobre las 21:30 se concentran en el ayuntamiento, las autoridades, representantes de las peñas festeras, invitados etc… La persona elegida para dar el pregón sale al balcón principal del ayuntamiento y comienza la lectura, una vez finalizado lanza la primera pitanza, la de honor, la plaza se encuentra abarrotada, a veces se llega a más asistentes que habitantes tiene el pueblo. Mucha gente de Librilla que vive en otras zonas acude al acto, incluso gente de los pueblos vecinos, es un gran acontecimiento social, a la vez que tradicional.
Desde los balcones y ventanas del ayuntamiento comienza el lanzamiento de pitanzas, la gente se abalanza para recoger este bien tan preciado, a veces es peligroso, dado los empujones y pisotones, pero es una media hora muy intensa donde la gente enfervorecida reclama el lanzamiento de los panes en su dirección. El griterío es infernal, la temperatura sube algunos grados, la gente usa diversas artimañas para conseguir este bien, se colocan en grupos, usan redes etc. Pero el fin es el disfrute y la

unión de un pueblo ante este acontecimiento tan preciado, por unos minutos se olvidan todos los problemas.

Al finalizar el acto la gente poco a poco abandona la plaza, la gente que ha cogido varias pitanzas, reparte generosamente aquellos que raramente no cogen algunas, por lo tanto todo el mundo tiene su ansiado premio simbólico. Dispuestos a guardar una pitanza hasta el año próximo y otras son comidas como cena.


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