domingo, 26 de enero de 2014

RETAZOS DE LA EVOLUCIÓN DEL REGADIO EN LIBRILLA

La importancia del agua en la villa de Librilla es fundamental para una localidad que  historicamente debe su desarrollo a la agricultura. Hacia 1327 en la carta de poblamiento de la villa ya el infante Don Juan Manuel concede a los moradores el derecho de las aguas de la localidad, refrendados estos derechos por el consejo de Castilla en 1397, a lo largo de los siglos los moradores de la villa explotaban el agua para su consumo y para el regadio de sus fértiles tierras. En 1754 en el catastro llevado a cabo por el marqués de la Ensenada se destaca la gran cantidad de tierra cultivada en la villa y el aprovechamiento de sus aguas.
Pero destacaba las normativas de su explotación recogidas en el reglamento del heredamiento de la hila de Fuente Librilla que data su explotación de finales del siglo XVIII y su normativa se recoge a finales del XIX, donde se aprecia el tradicional riego que rige a lo largo de los siglos el regadio de la villa. Se realizaba en tandas o caballerias de 21 dias. El siguiente paso en la modernización de los regadios se dio en 1931, con el revestimiento de las acequias de la población que permitio ahorrar un 40% de agua dada las filtraciones de las antiguas acequías de tierra, llevado a cabo por la confederación hidrográfica del Segura.
El proceso hasta ahorra más importante para los regadíos de estas tierras fue la llevada del trasvase Tajo-Segura a finales de los años 70, que supuso una revolución en los cultivos, y un gran desarrollo para estas tierras.
Ahora en el inicio del 2014, se ha dado un gran paso definitivo para la modernización total de los regadios de la villa, con el inicio de las obras en la toma 4 La Alberquilla.

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