Recuerdo en los años
1947-48 en el teatro (el cine del tío
chico) donde estaba la escuela de música, el maestro Baltasar Espada nos daba
clases de solfeo a los niños que queríamos iniciarnos en la música, Paco
(Pedreño), Paco (el chulo), Antonio Franco, Pepe (el calabazo), y yo entre
otros varios.
Entonces había una gran banda de
música, y nosotros éramos la nueva generación que fue sustituyéndolos.
La banda de Librilla hacia
los festejos en muchos pueblos de la región por su gran calidad musical, era
importante y conocida. Las fiestas de Sangonera la Verde, de Fuente Librilla,
Barqueros, El Berro, Los toros de Lorca y otras que ya ni me acuerdo.
Una anécdota del maestro Baltasar
Espada que mi padre Antonio el Marcelo me conto en varias ocasiones; fue que en una ocasión vino el maestro
Serrano a estrenar en el Romea de Murcia, una zarzuela, el maestro Espada era
el trompa principal de la compañía del Romea, llegó con antelación y se puso a
ver la partitura, cuando le dio un repaso se salió a las tabernas que había
enfrente del Romea, esperando a que llegaran el resto de compañeros. Cuando
llegó el maestro Serrano comenzaron el ensayo, pero el maestro Baltasar (el
trompa de la orquesta) no estaba, y
pregunto por él. Estando ensayando llego el maestro Espada, el maestro
Serrano le dijo molesto que habían comenzado el ensayo y él no estaba, y él le
dijo que ya lo había ensayado, el maestro Serrano se quedó un poco extrañado, y
comenzaron de nuevo el ensayo, cuando llego el momento del solo del trompa
todos se sorprendieron y el maestro Serrano le dijo al maestro Espada puede
irse usted cuando quiera, sabe usted más música que todos los que estamos aquí.
El maestro Espada tocaba todos los
instrumentos de la banda siendo su especialidad la Trompa, el cual fue
considerado el mejor trompa de España de la época.
Al tiempo, cuando el maestro Espada
enfermo, se quedó al frente de la banda su hijo Blas Espada. Entre el Chato y
el Feo formaron otra banda de jóvenes, Justo Meroño, José el zapatero, Juan (el
de la Concha), los hermanos Lara, José (el pinche), José el Hipólito, Juan
Mejías etc.
En el año 1967, José me llamo para
volver a formar la banda de música que tras la muerte del maestro Espada se
había ido disolviendo poco a poco.
Busque a unos cuantos de los últimos
formados, y otros entraron nuevos que se fueron formando. Así volvió a formarse
la banda de música de Librilla.
Félix San Mateo tomo la dirección de
la banda entre las décadas de los ochenta y noventa. Vinieron dos maestros a formar a los jóvenes.
Hoy en día queda un resquicio de lo
que fue la banda de música de Librilla, en ellos aún se ve la pasión de la
música en este pueblo.
Siguiendo
el artículo realizado por el maestro de música librillano Félix San Mateo, en los años 80 dando testimonio de la gran
importancia de la dinastía de la familia Espada como una institución de la
música en la Región de Murcia. Haciendo
un poco de historia tendremos que remontarnos a principios de este siglo para
llegar a las fechas en que, por obra de D. Vicente Espada fuese fundada la
Banda Municipal de Música de Librilla. Desde entonces, y como resulta fácil
imaginar, muchos y de muy diversos índole han sido los avatares acontecidos y
sufridos por esta agrupación. Fue su época de mayor esplendor y brillantez
artística en las dos décadas anteriores y posteriores a nuestra guerra civil,
cuando por aquel entonces ya era dirigida por la gran batuta del insigne músico
Baltasar Espada Cánovas, hijo del mencionado con anterioridad maestro fundador
y con el cual llegó a conseguir el preciado galardón de banda laureada.
Según nos cuentan los que vivieron
por aquella época, parece ser que el poder pertenecer como componente a la
banda de Música era signo que gozaba de gran interés y aliciente popular, pues
aparte que existía una gran afición por la música, influía también en que esta
era la única y mayor distracción, supuesto que en aquellas fechas se carecía de
cualquier otro medio de expansión, por lo que este también fue un motivo
importante para que un noventa por ciento de la población masculina intentase,
con más o menor éxito, aprender, el solfeo de rigor y después la ejecución de
algún instrumento musical, alcanzando de esta manera la Banda de Música las más
altas cotas de su historia. Pero, como es natural, y supuesto que todo en la
vida necesita ser renovado, tuvo que hacerse caro de las riendas musicales de
la banda por enfermedad del inolvidable maestro Espada su hijo Blas Espada
López, llegando la agrupación, por causas ajenas a la voluntad de sus
componentes y por ciertos problemas con algunos entes oficiales del pueblo, a
su total desaparición en los primeros años de la década de los sesenta, por lo
que en un período no inferior a los doce años todas las músicas que para las
fiestas de San Bartolomé se contrataban tenían que venir desde fuera de
nuestros lares.