LA SEMANA SANTA DE LIBRILLA, MODELO DE MISTICISMO Y
FERVOR (LINEA 25-3-1956). José María López Otálora
Con la gentil primavera llegan los días en que se
conmemora la Semana Santa, Sevilla, Valladolid, Málaga, Murcia… España entera
se estremece de emoción ante los “pasos”, en general magníficos, que
representan la Pasión de Cristo, ante los de las Dolorosas, tristes y
afligidas, que con tan expresiva realidad tallaron nuestros escultores.
La belleza espiritual de la Pasión también adquiere en
las localidades pequeñas parecida emoción y dramatismo. Así en Librilla, el
pueblecito murciano de rancia tradición, porque Librilla es un pueblo
intensamente cristiano, y porque de su ser florece radiante el sentimiento
religioso de una colectividad plena de virtudes humanas.
Hay que darse cita en Librilla para poder sentir la
emoción recogida y solemne de la Semana de Pasión. El sencillo y noble
espectáculo que supone el desfile de sus cofradías es una sublime sinfonía de
color y de luz, de suntuosidad y belleza de místico dolor y profunda emoción en
las noches serenamente primaverales de este maravilloso marco murcianismo que
es Librilla.
La Semana Santa de Librilla, que se viene celebrando
todos los años con gran esplendor, constituye un auténtico acontecimiento de
fervor popular que se manifiesta por la verdadera devoción que siente todo el
pueblo por sus imágenes como especial motivo de tradicional misticismo y
emoción. De nuevo esta en pie el alma de Librilla como motivo devoción, eco y
germen de alientos materiales que vuelven a florar gozosamente, ante la
Resurrección del señor. Toda la Semana Santa se manifiesta como un verdadero
exponente del sentir religioso del pueblo, que vibra en todo su ser cuando las
Hermandades, hacen sus desfiles procesionales, en tanto que desde un recóndito
balcón un fervoroso pecho cristiano lanza al viento una triste “saeta” hundida
de amor y de poesía, que constituye todo un romance popular, toda una copla de
la más pura liturgia española.
Y Librilla se entusiasma cuando hace su aparición el
Redentor rodeado de claridad, resplandeciente, iluminada su faz dolorida, donde
observa la angustia del hombre ante la muerte mientras allá, en lo más alto de
la bóveda celeste, su excelsa imagen la de Dios, se adivina como símbolo de su
infinito poder, de su infinita y divina grandeza.
DESFILES PROCESIONALES
El jueves Santo
comienzan en Librilla los desfiles procesionales celebrándose, a las nueve de
la noche, y siguiendo el itinerario de costumbre, la solemne procesión. Figuran
en ella los tronos de Nuestro Padre Jesús de Nazaret del divino Cautivo, San
Juan y la Dolorosa, presididos por sus mayordomos y acompañados de sus
respectivos cofrades.
A las doce de la noche, solemne procesión del silencio,
en cuyo cortejo el paso de Jesús en la Cruz; de gran devoción entre el
vecindario, y cuyo desfile es fervorosamente seguido por la multitud.
El Viernes Santo, a las nuevo de la noche, último desfile
con los pasos del Divino Cautivo, San Juan, Santo Sepulcro y la Dolorosas, con
sus respectivos mayordomos, cofrades y demás acompañamiento, que seguirán el
itinerario ya tradicional.
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